viernes, agosto 24

ceniza de luz (o barco hundido)



Nadie sabe lo del puente

la lluvia después del concierto

el barco hundido


Nadie entiende lo que dicen las paredes o quién dejó su marcador olvidado en el libro de García Márquez, en un ayer indefinido, con un mensaje de Benedetti diciendo que en la calle codo a codo somos mucho más que dos.


[como si con Cien años de soledad no nos bastara para preguntarnos: y ahora qué]


Y, definitivamente, nadie puede explicar la provocación de una buena película, ni mucho menos el impulso que nos lleva a escribir una página entera, o dos líneas, pensando que nos lee esa persona que invocamos justo después del final.


[ni magia, ni estupidez humana, o las dos]


Y escribo, porque otra vez terminó la película. No ésa, otra, otra más, y no tuve el valor de llamarte y decirte

lo del puente

la lluvia después del concierto

el barco hundido

porque aunque no lo sé

y aunque no te diga

siempre habrá

ceniza de luz

y un buen mito que inventar







**********

bienvenido al mito

al otro lado del puente

al otro lado del río


imagen: recorte incial sacado de http://www.fotolog.com/valdiviafoto/

el que se desenganchó del astillero la noche del último temporal, que se había hundido, que estuvo en collico, corral, valdivia, que el dueño, que quedó en la quiebra, que el seguro, que el lavado de dinero, que el edificio sin terminar, que encalló, que el éxtasis, que.. quiensabe...













4 comentarios:

Leonardo de Valdivia dijo...

y es que nadie sabe como llegó allí ni como dejamos la historia a un lado y nadie se preocupa de nada pero todo está bien porque te deduces que escribes para ti y la gente que recíprocamente llega a tu blog

saludos ñe!

Camila dijo...

Mi torpeza hizo que posteara en la entrada anterior, cuando en realidad, mis palabras estaban dedicadas para esta.

Un abrazp.

Anónimo dijo...

Cuando se me estaba apagando esa llamita, y los párpados pedían ya una tregua de papel, vino un barco a anclarse en mis riberas. Vino para exhalarme un hálito de niebla, de naufragio vencido por la temeridad de sus hierros. Se hundió sin complacencia, y ¿sabes qué?, sentí que murmuraba el mito de nuestra existencia. No aquél que piensan todos, incluso tú y yo misma en las noches de tormenta. No querida, más bien ese mito reinventable, reescribible, cuando alguien osa decir que ya nada es nuevo bajo el mismo sol.
Esa tarde, quise darte ese "en la calle codo a codo somos muchos más que dos", pero una necesidad de asombro romántica me obnubiló las ansias. Sin embargo, -y para qué precisarlo más- es un verso que te diera desde hace ya un tiempo. Sin necesidad de voces, como acostumbramos.


Porque el realismo mágico es mi perdición, prométeme que no acabaran con nosotras las cien soledades.



*

t e q u i e r o

*

Danelí dijo...

ya sabes
ya te lo dije
caminar por el puente
se ha convertido en un "ceniza de luz" imparable en mi memoria
[y de fondo suena Cerati y me dice
cruza el amor como un puente]


muaaacks!