Y cerramos las puertas de nuestras piezas, las ventanas y las cortinas, más por el frío que por cualquier otra cosa.
Huimos de la luz plateada que nos congela, luz de luna al parecer inseparablemente acompañada de alguna (de esa) imagen que nos queda doliendo en alguna parte del cuerpo.
No es que nos siga…pero… se repite cada cierto tiempo.
Llena. Más verdadera que nunca, no admite treguas, susurra algo cada día, más lejos, más cerca, recuerdos en espiral y ese frío que abriga.
Su luz: peligrosa.
¿o prodigiosa?
Llena. Más verdadera que nunca, no admite treguas, susurra algo cada día, más lejos, más cerca, recuerdos en espiral y ese frío que abriga.
Su luz: peligrosa.
¿o prodigiosa?
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